El primero: el Consejo presidencial ruso de Derechos Humanos y Desarrollo de las Instituciones de la Sociedad Civil, debe considerar el asunto del bosque de Jimki debido a la gran cantidad de abusos a los derechos humanos y civiles contra los defensores del bosque. Ver "Crónica de los Sucesos" para más detalles sobre los abusos. El Consejo organizó una reunión con las partes implicadas, incluyendo oficiales de alto rango de la policía, representantes de las compañías involucradas, así como también ecologistas, activistas de los derechos humanos, los representantes del movimiento del bosque de Jimki y las víctimas del duro tratamiento por parte de las fuerzas de seguridad. El presidente del Consejo advirtió desde el principio que el cambio de ruta de la construcción de la carretera a través del bosque no sería un tema a tratar en esta reunión, lo que no ayudó a generar confianza en el resultado. Otro ejemplo: el presidente del Consejo recomendó a uno de los muchos activistas que han sido gravemente agredidos y que buscan justicia y que se investigue su caso, que se ponga en contacto con el jefe de las fuerzas de seguridad privada para discutir el asunto. Evidentemente, no es lo que él estaba buscando. Más sobre la reunión en esta página rusa de noticias con traducción en inglés.
El segundo: el 25 de mayo, representantes del Movimiento en Defensa del Bosque de Jimki asistieron a una reunión de Asesores de los Derechos Humanos de la Unión Europea para informar a los asesores de la situación en el bosque de Jimki. Ver también el llamamiento urgente del Observatorio para la Protección de los Defensores de los Derechos Humanos, un programa paralelo de la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), pidiendo intervención urgente en el asunto de Jimki.
Haciendo frente a los esfuerzos conjuntos de la maquinaria de represión rusa y del grupo francés Vinci para sacar adelante el controvertido proyecto de la autopista de alta velocidad Moscú – San Petersburgo a pesar de las protestas civiles, el movimiento del bosque de Jimki espera y confía en la ayuda de las comunidades europeas ecologistas y de derechos humanos.
